Hogar

"Se pierde la luz en el fondo de esa mirada cristalina, depositada en paramos vacíos en colores de ocaso. Mira por la ventana entreabierta una tarde silente, sintiendo un suspiro de primavera recorrer su rostro cual caricia inocente del primer amor, se acuerda de él y lo deja ir, una vez más. Una brisa empuja unas voces infantiles que habitan en su alma, rodeadas de aquellas flores prohibidas, bañadas por el sol dorado del domingo eterno, le hablan de la ausencia de sus sonrisas, de sus manos sucias por el barro. Le hablan de la lluvia que se empoza en la mirada, que rueda por las mejillas y se desvanece entre los dedos de unas manos agrietadas."


El espacio onírico y la soledad de un cuarto de asilo, su sola figura que lentamente se convierte en ausencia. Depositan unos claveles en un jarrón de lata antiguo, la observa con cariño y dibuja en su rostro una sonrisa mientras el cielo se ilumina. Se acerca un poco más en la levedad del instante, la abraza y deja caer su cabeza en su pecho. Escucha cual poesía sus latidos tibios, sinuosos, frágiles...

Cierra sus brazos entorno a ella y encamina su silueta en el horizonte hasta desvanecerse por completo en el paisaje.

Sus ojos cerrados, cae una lágrima y florece lo eterno

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