Movimiento mudo

Mirada transitoria sobre un paisaje aletargado por la sombra que se desplaza y desvanece en un profundo y cálido respiro de la memoria. Eso somos, una figura que se diluye en un crepúsculo blanco, cayendo cual gotas sobre las pozas negras del alma. Eso nos hicimos en cuanto silenciamos nuestro mundo y nos abandonamos a la contemplación parsimoniosa del cuerpo ido, de la ausencia viva.

Nuestro encuentro es un segundo detenido en la expectación inocente de aquello que dejamos de ser en el mismo instante en que nos hicimos y deshicimos en un cruce de miradas que dejamos atrás, para no volver.


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