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Bosquejo o autoretrato del instante

Por qué intento decir tanto esto, si veo que con el tiempo pasa un sentimiento tras otro y se pierden todos entre las hebras del viento, las siento como indignas pulsiones, mis ridículas expresiones. He vivido y escrito demasiadas mentiras, algunas mías otras no, que se siguen hasta el ahora de modo conciente pero indeterminado. Tanto he hablado que se me apolillan los pulmones por tragar el aire viciado de estas mismas tribulaciones, llenando con cicatrices las manos que tanto han escrito sin nunca poder alcanzar otro fin que la ilusión del mismo. Los espacios deberían estar en blanco, cada extensión de expresión donde existo y se elevan las cenizas de mi vida debería quedarse estáticos. Es esto el ahora y lo siento demasiado profundo: La nada . Cuando hablo de esta hablo de la vida, y es solo un ruido moribundo colapsando detrás y siempre detrás de unas temerosas imágenes, solo lo mismo una vez y otra vez cambiando de colores a un ritmo desconcertante. Son como voces, miles de ella

De la Vida

Viendo este ser desposeído que sale expulsado desde mi interior, como gusano sin vida cae al piso oscuro de sombras infinitas. La media tarde y de espaldas al universo, el sabor amargo de un día perdido en engaños, me he mentido a mi mismo, aun no era viernes. Fue todo un fracaso desde su inicio, los temas se extinguieron, solo queda la muerte. No hay para donde ir. Estoy solo ante una falsa luz recorriendo mi interior para encontrar pesares, tristes sentimientos y soledades, esta lleno de vacío, uno inhóspito como oscuro campo abierto. Es mi apariencia ante el tiempo que se desfigura, mutan las formas y mi ser pretende ser inmutable, afirmarse de los sonidos, del aire, tomarse de las emociones, escuchar las mismas voces, amar de las mismas formas todos los días, sentirme siempre igual que ahora. Este espejo solo refleja mi engaño. Que hay de mi rostro ya cansado y agrietado que como un viejo ante una ventana de exageradas dimensiones, mirando un cielo frío y libre que mece tiern

Es sin duda una suave armonia

Hay algo en mis sentidos que no logro descifrar por mucho que me enfrente al espejo. Una voz altisonante hace presencia entre mis oscuras emociones y mi perdida de conciencia. Su lenguaje desconocido es tan solo el principio de un gran puzzle, que sin luz que lo revele, permanecerá deshecho por siempre. Son los ojos demoniacos, de pequeños seres abismales, que miran desde sus escondrijos las puertas del paraíso. Engañosa mirada de quien sin vida se esconde de la luz. Así mi reflejo sonríe a sus almas, con pequeños fragmentos de mentiras dulces, con golosinas de mugre. Mis labios reproducen sus sonidos fugaces y nombran una y otra vez el mismo mensaje de dolor y esperanza: " Son las tres de la noche y apenas comienzan las melodías a sonar, cuando en los parajes lejanos a la conciencia despiertan los demonios fugitivos, quienes huyendo de la muerte encontraron en mi alma su refugio. Sus rostros cansados reflejan la luz de la mañana, son espejos nublosos caídos y rotos. Mas en mi agr