Valkoinen Sisar



Vals de madrugada donde se callan las realidades. Mi hermosa, la de siempre recordada y no mencionada, que se pierde en el rinconcito de las miradas acongojadas. Comienza todo en media noche de fin de semana eterno en mis copas nocturnas y solitarias. Veo y te escribo en servilletas sucias, oh! mi querida casi muerta, soy aquel que te admira por tu ser decrepito y tus sentimientos amargos.

El músico, el viejo triste de siempre, que sabe bien qué sentimos tú y yo al escuchar su música adormecedora, toca su instrumento en boga de nuestro sufrimiento cómplice. Yo, observador de sombra, en ti ser misericordioso, lleno de angustia y vacíos jamás llenados, en tus movimientos tan lentos puedo ver cómo te vas agotando los últimos suspiros. Cada paso que das son las palabras que nadie te escuchó, cada exhalo son las flores que se marchitaron en la espera, cada sobria mirada te desprecia y te olvida, y algo que te ve entre humos de melancolías, te recuerda.

Incomprensibles, quebrados, silenciosos y arrinconados, sin luz que te muestre si no que en las sombras que te oculta de todo. Bailas sola y lejana de mí como si no existieras. Nadie te ve, nadie que respire tu aliento aquejumbrado, adolorido y extasiado. Es en ti todo tan lento que siento cómo te caes a pedazos. Tu cuerpo esquelético y tieso, ahora marchito por la vida mal vivida o no vivida. El bar en donde nos conocimos ya hace mucho, oh! bello rostro de la miseria, brindo por los años que se perdieron en copas como esta y es que no me arrepiento de haber nacido muerto y de haberte conocido ebrio y lejana de mí, siempre. Fuimos tan envidiados y ahora solo olvidados, tu en tu baile cansado y yo en mi eterna vigilia a tu ser manoseado.

La luna y el vals que desaparece ante mi, fulminante y desesperados últimos pasos antes de caer a la soledad, en donde se sienten presencias fantasmales desvanecidas y excitadas a la espera de nuevos compañeros de nocturnas búsquedas en infelicidades bailadas.

Soy solo yo, oh! mi hermosa musa de madrugada, en el rinconcito donde escurre mi ser, tratando de no ser.


Comentarios