La expresión carnal de la imaginación
Mucho se podría plantear a través del solo acto de imaginar esto o aquello. Lo cierto es imposible en tanto creemos tener una idea concreta de lo que es la realidad. Descalifica por completo el solo hecho de enunciar pues teologalmente esto es así y será. Hablamos de un absoluto ateismo cuando queremos descifrar la dimensión existencial misma de nuestra imaginación. El crimen será en este y todos los casos el enunciarlo, hacerlo palabra. Tan solo quedamos en la especulación respecto a esta u otras manías de nuestra vivencia. Somos y estamos en la misma medida en que imaginamos el ser y estar. En el páramo blanco que se extiende absoluto, lo que llamamos conciencia se eclipsa con la figura errática de nuestra presencia. Cada cual se hace uno y todo en tanto observa en el faro luminoso su propia existencia. Lo percibimos como real y en ello se explicita la muerte, tal como un abandono de la concreción del yo. Necesitamos hacernos, pues en cada paso calculamos el tramo hacia...