Aparente Belleza

Y es el decir de la vida lo que hace cada sentimiento una improvisación instantánea, donde el pensar se hace un simple sueño. Los demonios se esconden bajo un manto impregnado con la esencia de la realidad, con las lágrimas de inocentes niños que viajan a la ciudad para dormir en el pavimento, en el suelo tibio. Busca el cielo bajo mis ojos, sobre ellos no hay nada. El vacio eterno resplandece en mi conciencia, sin encontrar final.

No es mi misión confundirte, realmente no tengo nada para decirte. Pero así es el espacio que describo: infinitamente imaginario, vacio sin sentido, luz sin sentimientos.

¿Que hay sobre tus ojos que no logras ver los mios? ¿Tan oscuros son mis sueños?:

"Amanece temprano, sin sonidos aparentes. La cruda realidad se muestra frágil, Maldita. Su verdad esta desnuda ante mi ser dormido, que nada hace para quererla. Y se escapa entre mis cortinas, detrás de la ventana cerrada, en el cielo inalcanzable, opaco, nubloso y amarillo. La niebla teñida de encanto esparce sobre el instante un aire de divinidad, una capa de sueño corrupto, lleno de un final piadoso que a mi ser no llega. ¿Como puedes no verlo? Es tan bello, tan inútil, tan nada. Y se parece a mi inconsciencia, dormida y decadente, ridícula y lastimera. No hay nada mas que la muerte en el paladar reseco. Su sabor es amargo, tan distinto a todo lo que antes consumí, a todo lo que antes tuve que quitar. Pero su sentido es tan enorme que es imposible negarse a tanta belleza. No es posible descender al nivel del suelo, los labios heridos, sangrantes, expresan sus gemidos, los nervios castigan al despertar en su realidad desgastada. Por tanto me quedo con el eterno resplandor en el interior de la conciencia, con lo que no encuentras sobre mis ojos, que parecen engaño, que parecen reales.

Y vuelo a dormir entre insectos amontonados, en rincones lejanos al milagro".

Así se vuelven los castigos sueños de engaño, que huelen a realidad, que manchan un segundo de eternidad piadosa. Confundida marginalidad. Vago en el horizonte de un espejo, con los pies descalzos, revanandolos en los bordes gastados, arrastrando un niño dormido a mis pies, que no para de sentir lastima de si mismo. Y no soy quien duerme cuando siente dolor, soy quien se muestra a la luz del sol con el alma desnutrida, exhalando suplicas de vida, suplicas insípidas sin ningún consuelo. Es el oscuro abismo o el silencio de mi reflejo vacio que dice por mi los poemas de engaño, que narra a mis oídos las melancolías de un universo sin forma, de aparente belleza.

Me quedo callado, sin pestañar, ante el universo absurdo donde me digo que aun no llega, que ...aun no, aun no, aun no...

Comentarios