El fin de los tiempos (2do fragmento)
"Una imagen de inmensidad se extendía desde su rostro hacia el mar, del mar al horizonte y al cielo y sus estrellas. Los surcos profundos se hundían en su rostro junto con los recuerdos de años perdidos en el viaje sin retorno de la cotidianidad. La vida lo ha dejado a la deriva de la fantasía de sus misterios, sin la imagen apocalíptica de bestias cósmicas en planetas oscuros, truenos convertidos en dragones surcando los cielos entre tormentas y ballenas piadosas como último destino del cuerpo una vez muerto. A la deriva, en una contemplación pasiva y silenciosa de la trascendencia, en forma de destellos, vibraciones, nubes y lluvias. La brisa fría y salada del mar agrietaba su rostro tostado e irritaba sus ojos idos en lo profundo del ocaso. Sintió una gota caer y deslizarse de su frente hacia sus ojos, hacerse poza en sus pestañas y caer en un parpadeo para fulminarse sobre su mano izquierda. Comprendió en ese entonces aquella pregunta que habitaba en su pecho y con ello